miércoles, mayo 04, 2011

de Loreto


Recorriendo la costanera, su paso lento se detuvo en picada, lento el cuerpo bajó su nombre, el puente, la sonrisa marchita del agua. Insolada rompe la sombra su ritmo, la calle, sus ocres, el nauseabundo hedor de las rendijas se abren. El neón de la ciudad dobla la esquina, esconde la cojera.

2 comentarios:

p dijo...

<3 Era justo y necesario este regreso. Gracias por ello. Mil besos. Pepa.

mirada dijo...

¡Qué bien que estás! ¡Qué bien que eres! Agradezco que nos regales tanta belleza, es valioso para todos sentir que hay otras maneras de mirar.
Y claro, seguimos!!
Biquiños, corazonciño, gracias, (menuda sorpresa nos has dado).