[*]
El Postre
a la Familia Banda Vergara.
Hernández Zazpe.
Guerrero Ceballos.
Hernández Zazpe.
Guerrero Ceballos.
En conserva mi postre de duraznos familiar / compadre con padre re-integrado sobre cuatro patas galopamos por la pradera sucia del general infartado que (con todo el desprecio) no me deja pensar la muerte que tardó diecisiete años en dar vuelta al mundo en cinco minutos y transplantarse sin marcas en mis detenciones desaparecidas, en los precios de la conciencia repugnada que vende noticias y hace historieta con decenas de banderas rojas y micrófonos en el tajito de Chile.
La encía no suelta la muela del juicio nunca juzgada de lo obrado: mierda asumida del p e r r o, acusando a los taxistas de seguir matando pronto nacidos sin el asesino secreto: la muerte: la mierda. Le ganó a la justicia y el perro se tapa con tierra, queda uno menos / uno que debería irse con su pasado al Mapocho, tumba abierta / marginado espinal donde no queda más que yerba mala muerta. El resto milagro culpado del viejo pascuero y el cumpleaños del infierno, donde el cambio de mando recuerda que n o t o d o s los chilenos somos bien nacidos.
Nos/otros los mal abortados no estamos por la duda general sino, por la particular: ¿con que cara me miras? Para juzgar con que ojos mirarte: el olvido no es solución familiar. Subimos al flete desde hoy al presente mientras la justicia descansa en el tarro de mi la lata, los helicópteros bailan las ventanas, las antenas radio-transmiten voces tuertas, las pantallas contraponen al albino de falabella y el enlatado general estatal en su simulacro cólico que no recompensa la muerte de las represas de aguavida / marmuerto. Aguadas mis barricadas de ruedas quemadas lavadas en caravanas de N.N sin y con nombre suplente marcan en el cuerpomadre. Dientes rotos. Mente descentrada. Jaguares a espirales viajados en crujidos y hambre al ChileModeloEconómico mordido en sus tardíos funerales, con sus CNN y caderas que no mienten con nuestro dolor sin raíz, ni canas, ni humedades latentes del sabor de visitar / en el abrelatas de lo intemporal / esta muerte perra sin pena del prófugo póstumo que la Plaza Italia Chilena bailanta en una justicia patriótica pasada a la colonia inglesa / de papá.
La encía no suelta la muela del juicio nunca juzgada de lo obrado: mierda asumida del p e r r o, acusando a los taxistas de seguir matando pronto nacidos sin el asesino secreto: la muerte: la mierda. Le ganó a la justicia y el perro se tapa con tierra, queda uno menos / uno que debería irse con su pasado al Mapocho, tumba abierta / marginado espinal donde no queda más que yerba mala muerta. El resto milagro culpado del viejo pascuero y el cumpleaños del infierno, donde el cambio de mando recuerda que n o t o d o s los chilenos somos bien nacidos.
Nos/otros los mal abortados no estamos por la duda general sino, por la particular: ¿con que cara me miras? Para juzgar con que ojos mirarte: el olvido no es solución familiar. Subimos al flete desde hoy al presente mientras la justicia descansa en el tarro de mi la lata, los helicópteros bailan las ventanas, las antenas radio-transmiten voces tuertas, las pantallas contraponen al albino de falabella y el enlatado general estatal en su simulacro cólico que no recompensa la muerte de las represas de aguavida / marmuerto. Aguadas mis barricadas de ruedas quemadas lavadas en caravanas de N.N sin y con nombre suplente marcan en el cuerpomadre. Dientes rotos. Mente descentrada. Jaguares a espirales viajados en crujidos y hambre al ChileModeloEconómico mordido en sus tardíos funerales, con sus CNN y caderas que no mienten con nuestro dolor sin raíz, ni canas, ni humedades latentes del sabor de visitar / en el abrelatas de lo intemporal / esta muerte perra sin pena del prófugo póstumo que la Plaza Italia Chilena bailanta en una justicia patriótica pasada a la colonia inglesa / de papá.
A. Ocampo