domingo, mayo 29, 2005

Políglotas .-


Políglotas


Te escucho, te pienso
te toco, te miro.
Y todo indica
que siempre
cambias la clave
para llegar a ti.

Te giro,
para descubrir tu código secreto,
para descifrar tu deseo,
para entenderte:
te toco, escupo y pateo.

Pero ayer,
cuando me abrazaste
pensé que por fin
la cerradura estaba abierta
y que ni siquiera existían nuestros números.

Cuando entraste a mi oído
y me lamiste,
pensé en besarte,
frotar la cerradura
y quedarme encerrada ahí para siempre.

Problema de palabras
no pronunciadas
y gritos musicales
de mi computadora,
cuando me pusiste de espaldas
y no me respondiste el beso.

La náusea de tus canciones
que yo suspiraba
no llegaban ni a tu ombligo,
ni al mío.
Sino que llegaban directamente
a mis sueños y a tus ronquidos.

Así dormimos
y traté de hacerte sentir como un hijo.
Te acurruqué y te besé las manos.

Te deshiciste entre tus propios respiros,
mientras yo
hipnotizada por la pantalla del computador
contemplaba los tecnicolores
pixelados y en cuadritos.

La pantalla
me mostraba tu vida en recuadros:
fragmentos que tenia entre mis brazos
cansados, tensionados,
dormidos
muertos y deslumbrados.

Caíste por mi hombro
y despertaste.
Mis ojos líquidos
se cerraron y simularon
como siempre
la indiferencia
de no creerte pendiente en mi.

La lágrima llegó hasta la oreja
de los besos callados
y se escondió en el orificio
de donde nunca salen
tus palabras indescifrables.

Me besaste la mejilla
y te diste cuenta
de que una línea transparente
me traspasaba.

Me despertaste de mentiras
y me pediste la verdad.

Curioso fue el rollo
cuando no respondí
y trataste de traducir
mi beso en tu nariz.

La nariz tampoco me hizo caso,
y le pidió ayuda a tu ceja,
ella se levantó
y me gritó un:
“no hay caso”.

Me levanté
apagué la pantalla de los píxeles
y mi lámpara,
apagué el cobertor eléctrico,
y hicimos brasas internacionales,
poliglotas
pero siempre in-entendibles.


Cloe Posted by Hello

miércoles, mayo 25, 2005

Paraguas .-


"Umbrella" de Clif Moore

Paraguas


Y me devuelves el paraguas como si nada
como si no sospecharas que nunca me protegió
como si no supieras lo que significa
como si todo hubiera sido nada, que para mi no lo fue.

Y me devuelves un paraguas negro,
me lo entregas entre tus manos blancas y tus dientes amarillos
como si fuera un hijo, nuestro hijo que no quieres
como si me olvidaras por entregármelo.

Pero este paraguas negro que tengo entre mis manos
yo tampoco lo quiero,
no lo necesito,
ya lo di perdido, como a ti
lo di por hurtado, como a mi
lo di por botado, como nosotros
lo di por vendido, como tus palabras
lo di por olvidado, como las arrugas de tus ojos.

Bien, te acepto el paraguas,
lo acepto porque era mío,
y porque la devolución lo retorna como regalo:
Porque vuelve para no ser (sólo) paraguas.

Vuelve para recordarme que aún me debes una argolla
No la de tu dedo, sino la de mi oreja.
Esa argolla que es como el deseo mío
Y la condena tuya.

Ese deseo devuelto como las noches de agosto
como la humedad de ese cielo negro que descuidaba mis botas
como si mis botas no estuvieran rotas luego de salir corriendo de allí

y, como si sólo se hubiera quedado mi paraguas, en ti.


Cloe Posted by Hello

sábado, mayo 21, 2005

Metrosexual .-


Metrosexual
a M.S.P.

Soy sincera: a él nunca lo vi metiendo su mano en mi gamulan. No. Él nunca fue tan obvio. Tenía otras tácticas para robar: me sonreía y me invitaba a conversar, me abría su boca grande, sus labios gruesos y me mostraba sus dientes blancos como las bancas en las que esperé que él llegara. Parecía un buen tipo. No, ninguna cicatriz en la cara. Vaya uno a saber si las tenía. No alcance a inspeccionarlo por completo, pues cuando me regaló su perfil quedé encandilaba por su cuello protuberante.

Nunca le escuche decir nada sobre el tema de los sacos verdes que encontró usted en la boletería. No, no llevaba gorro, ni nada de eso. De hecho sólo se llevaba a si, y consigo, pantalones ajustados, cinturón metálico, camisa negra a rayas y un bolsito con letras. Llevaba cansancio, soledades y números en su frente.

Cuando sonaron los parlantes y todo paró, se sobresaltó y revisó sus bolsillos. Vio como los vidrios multicolores pasaban frente a sus narices sin siquiera rozarlo, y fue allí cuando comprendió que algo perdió en la estación anterior. Recorrió con la vista el suelo y se topó con mi paraguas mojado. Me miró como si no me encontrara.

No señor, entiéndame, no me acosó. Pero fue allí cuando desarrolló su terrible estrategia: fue allí cuando se agarró de la espalda de un viejo de cabeza blanca y paraguas cuadrillé, se bajó del andén y se llevo mi deseo por la línea 2.

Cloe Posted by Hello

martes, mayo 17, 2005

Bajo la Manga .-


"Carta" de Thomas Kutshker


Bajo la Manga


Quizás sea momento de reconocerlo
De darme con la piedra en los dientes
Y gritar que haré algo bajo
Bajísimo como un enano autómata
Bajísimo e impúdico
Patológico, vengativo y un tanto frígido.

Haré de ti una historia
La recompondré de escenas a mi medida
A mi voluntad, a mi juicio,
Luego lloraré sus mentiras y las rescribiré.

Compondré una canción, como siempre mala
Y escucharé a Joaquín Sabina, para llamar los recuerdos
Que escritos no olvido.

Doblaré las hojas de estas certezas
Y te las mandaré dobladas en un sobre amarillento
Como tus dientes y tu piel
La aleta del sobre la lameré con tristeza
como lo hice contigo
Y ese mamarracho húmedo, de tinta traspasada,
Pasará por debajo de tu puerta.

Haré de esa carta una declaración de finales
Porque contigo nunca tuve principios
Los limites no los reconocimos en el presente
Porque el futuro se nos vino encima
Escrito entre puntos y suspiros.

Haré algo tan bajo que te deberás recostar sobre mi
Pues sólo así lo escucharas y lo leerás
Deberás arrodillarte y ensartar tu ego en la alfombra
Ya vacía de mi, ahí, justo en el hueco
Donde deberías reconocer los gritos rojos y almidonados.

En esa carta te mantendré al tanto de mi pasado
Y te pediré cuentas por el tuyo
Te pondré un sobrenombre seguido de dos puntos
Al que le seguirá una disculpa muy prolija
y que terminará en la vocal del placer.

Mi letra se confundirá con mi nombre
Y mi nombre será tan bajo, tan mierda
Que deberás repetirlo, rumiarlo y ahogarlo
para olerlo.

La carta del perfume sudado llegará a tu puerta gris
Tocaré el timbre antes de correr al ascensor
Que mi mochila contendrá entre las puertas
Saltaré de un brinco al primer piso
y correré por Santa Isabel hacia la cordillera

Y es que será tan bajo como mi perro
No como tu, sino como mi perro de cuatro patas
No como tu, sino como mi perro pelirrojo
No como tu, sino como mi perro de colmillos gastados
No como tu, sino como mi perro de bigotes y nariz húmeda
No como tu, sino como mi perro que se quedaba pegado a una perra
No como yo sino algo aún más bajo.

Quizás ya sea momento de firmar un posdata y despedirme
De revisar la hoja de papel y tildar los errores
Tachar los sentimientos fugados entre las íes
Y subrayar las palabras secas del tiempo.

Quizás sea bueno pegarle una foto o estamparle un beso
Para que reconozcas que fue alguien menor
y baja
quien la hizo y deshizo.

Para que reconozcas que fui yo la que te escribe
Y que te escribirá hasta sacarse de encima la esquina del remitente
El olor de tu sexo
Las canciones de tu radio
Y los almohadones de plástico.

Sólo así seré la perra de mi historia auto-biográfica
Perra por la venganza seré.
Así que cuando tu esposa lea la carta
y me respondas
Envíame la culpa de una buena vez.

Cloe Posted by Hello

sábado, mayo 14, 2005

Animal .-


"Meat", Las Vegas Story. By David LaChapelle .-


Animal

A veces soy tan perra
Y otras tan zorra
Para alcanzar a ser una leona
Dominante de su ciervo

A veces soy tan sierva
Que pasto como las vacas
Rumeo largamente como la jirafa
Y ronroneo como el gato.

Pero
A veces soy una gata
Con cola de perra
Que se vuelve tan zorra

que la vomita –hasta- el león.

Cloe Posted by Hello

domingo, mayo 08, 2005

Piel de Gallina .-



La piel de gallina, por el frío, punza la tela del jeans, agota el elástico y el pelo brinca por los intersticios. Arrancan de la superficie el furúnculo terrestre, el nudo del sostén, del broche de la sordera, se elevan hasta la cadera, crecen y se estiran cual rapuncel arácnida, las piernas de gallina sucumben a la pelvis y se arrastran al ombligo. Mientras unas acosan la oscuridad cálida, algunos han quedado enredados en el entrepiernas, debaten ideas entre el pubis y el culo. Se enredan y son infieles. Corroen los tejidos, expanden lo abierto, usurpan el líquido, ascienden y descansan en la esquina iluminada, esperan que baje la lluvia, no abren sus paraguas, y siguen hacia el espinazo. Se reúne la familia se saludan y festejan, comen huevo duro y bailan cueca. Comparten el vaso de vino y peregrinan hacia las naves infernales de los zumbidos, los de abajo quedaron estancados en un almohadón morado, los de arriba llegan a las ramas, embalsaman el puerto y lo pintan multicolor, ven marraquetas y niños cantando, putas y profesores mintiendo. Ríen y suben a los bajos, copulan en el riñón el conteiner se vacía: las ansias descansan. Preparan las armas, discuten y se entrenan. Siguen hacia el tambor. Al momento de entrar, rompen sus pies, el furúnculo deja el grano, y el poro a la piel, y la piel al músculo. El músculo olvida las fibras y las fibras el hueso. El hueso recuerda que debe una costilla. El corazón cede, las piernas se doblan, la costilla cae. Y por fin Dios deja de soplar.
Cloe Posted by Hello

lunes, mayo 02, 2005

Omar o no-Omar .-


El Omar era el típico profesor de filosofía-lolo de chala franciscana, pelo largo y manos blancas de tiza. Era el profe de las camisas a rayas de papá, pero abrochadas un botón más abajo, toda una novedad, para 16 años de virginal ignorancia. Siempre fue raro, y era tan raro que terminaba ganándose la confianza de todo mi curso, haciéndonos confesar las mismas palabras que decíamos en la capilla frente al curita de 200 años y de oreja duracell, pero esta vez, en clases y con una sonrisa en la cara.

Le decían el Horacio Saavedra, no por lo pelado y chico, sino porque su gracia era aletear con las manos hasta el techo, vigilar y mover la boca hasta el cansancio: todo mientras el resto del mundo no lo pescaba. El silencio de la clase sólo se abría cuando hablaba de sexo: de Aristóteles pasaba directamente al Kamasutra y del Príncipe de Maquiavelo a la chica con nombre de lavadora con la que se había acostado el fin de semana. Toda una novedad para unas pinguinas-peloliso-aritoperla. Él era todo el infierno del que las monjas nos recluían en un iglú llamado colegio.

De la totalidad de mis compañeras el 70% lo repugnaba con todas sus viseras, mientras que el 25% lo adoraba y el 5% estaba desconcertado, sorprendido y pasmado: el 5% era yo. Porque quién le iba a comprar el discurso de “¿Qué es esto?, ¿Pero quién les dice a Uds. que esto es un lápiz? ¿Ser o no ser? ¿Por qué? ¡¿Por qué?!”, mientras tomaba un bic y lo levantaba para que todos lo miraran. Nadie lo tomaba en serio. Hasta que en 4to me vi llenando test vocacionales, ensayos para la última PAA y ponderaciones para estudiar filosofía. Era el comienzo del fin del profe-lolo.

Cuando entré a Filosofía, lo veía una vez a la semana, agarrado de una maleta llena de libros con olor y ahogado de alumnos reclamándole por las notas. Él también hacia clases en mi Universidad. Como era obvio, conocí a otros viejos sabiondos, aburridos, con tics guturales y manias; viejos que eran sus amigos. Era por ellos que me informaba de lo que le ocurría. Me llegaban las noticias de sus viajes a Argentina, de sus presentaciones en charlas, de sus afears, de sus resfríos y la majestuosa noticia de su matrimonio. Del cual nunca me di por enterada, hasta que un día de lluvia me invitó a un banquete en su casa, donde él haría de Sócrates y yo de Platón. Los libros siguieron a otros libros y de aquellos pasamos a los siguientes. Las hojas se completaron de gustos y disgustos, de miedos, ausencias y reproches, tal como debía ser, y como Miranda! cantaban en la radio.

El Omar así se desnudó completamente; sus dientes de algodón ya estaban empastados en tabaco, sus ideas novedosas yo ya las conocía y sus chistes eran los mismos. La desilusión propia de la información se presentaba de pé a pá. Él no era el tipo que dijo ser, o más bien nunca fue quién era o yo simplemente lo imaginé. Omar o no-Omar. Después de 5 años claramente ya no era el mino con garra que argüía que el matrimonio era un contrato, y que él por nada del mundo se firmaba ni timbraba. Ya no tenía el pelo largo, ni las chalas, ni las ganas, ni las fuerzas, ni ese mundo que uno esperaba. Las horas de clases, de voyerismo y de repetición de discurso lo apagaron. Las micros en las que se lanzaba para llegar a la hora a sus clases, dieron paso a los taxis y de las noches de bohemia en Bellavista, pasó a contratar internet para intimidar a las chicas que físicamente ya no se le ofrecían. Ya había caído en sus contradicciones y se catalogaba como adulto-fome. Uno de esos de treinta pero que tienen problemas de 15, y que nunca pueden resolver.

Luego de eso no supe nada de él hasta este verano donde programamos juntarnos en la playa. La salida no ocurrió porque a última hora la familia reclamaba tiempo y espacio, reclamaba desde Argentina hasta Viña, así que no había lugar, de hecho nunca lo hubo. Hasta ayer.


Mientras garabateaba en la mesa con el bic de tapa mordisqueada y miraba como la lluvia se filtraba por el techo de la sala, el profesor de turno movía las manos, y hablaba sobre la educación. Decía que el alumno aprende del profesor y el profesor del alumno, y el alumno de si mismo, que para aprender hay que desear y desear hasta el infinito para recrear el mundo. Eso ya lo había escuchado. Golpeteé con mi zapatilla la mesa para seguir la canción que había escuchado en la ducha, mientras ansiaba salir volando por la ventana del cuarto piso del edificio copeva. Hasta que mi paraíso onírico se destruyó cuando un tipo con las manos manchadas de plumón azul, pelo peinado y zapatos de papá me tocó el hombro y me preguntó: “¿Qué es esto?” mientras me quitaba mi lápiz pasta y me miraba el cierre del chaleco. Bah. Ahora seguiré a mi nuevo maestro espiritual: Álvaro Salas, el mismo que afirma que chiste repetido sale podrido, tal como la tapa de mi bic.

Cloe Posted by Hello