jueves, marzo 31, 2005

Mierda .-



Desapareces y me dejas
con estas ganas de comer mierda,
tierra, huesos, arena, mierda,
de abrir tu abdomen y de entender
que al fin y al cabo
todo se condimenta
con la sal que encima me pones.

Desapareces y me dejas
con estos diez dedos tecleando
una maquina,
escuchando una mierda
de canción
y desasiéndome
en mis fantasías,
en las ansias
que como proyectiles
me atraviesan
mis pezones duros,
mi yo vibrante,
mi tu ausente.

Desapareces y me dejas
con un cuerpo y la noche en mute,
con los besos salados
que te gustan,
con los bultos
que te excitan,
con las ansias.
con las ansias.
Y con el ejercicio de multiplicación.
Eres una mierda.
Nunca me enseñaste a dividir.
Maldito número.

Desapareces y me dejas
con el dulce en las manos,
y me cortas la lengua
y miro
como si saboreara
con los ojos,
que no hacen otra cosa
que seguir la curva roja,
y te vas,
como si ya no fuera importante ese dulce.
Claro,
porque tu eres el dueño
de los abarrotes.
Eres un mierda,
quiero cagarte
no sabes como.

Desapareces
después que te despides,
por que
el adiós viene después
y la mirada cariñosa
no se retraza aunque,
luego se posen
en otro cuerpo,
en otras ganas,
que me muerden,
no sabes
como me muerdes
como me abandonas
como me desilusionas.
Y que vas a saber
si eres una mierda.

Desapareciste
y que día, y de día,
que día y que noche,
que día y que día,
que luces y que sombras,
esto no sirve,
eres una mierda
y yo una mierda carroñera.

Mierda.


Cloe Posted by Hello

viernes, marzo 25, 2005

Efecto Óptico .-


Hace mucho que no hacia un post así, entre improvisado y espontáneo. Este va dedicado a Chandler, el chico más entusiasta de mundo Blog.
Este Post sólo muestra una gran diferencia: Producción Independiente v/s Institución - Editor
Es evidente que "La diferencia es más que un efécto óptico".

Cloe Posted by Hello

viernes, marzo 18, 2005

Cif en la Cabeza .-


Dicen que cuando uno se pone a ordenar su casa / cuarto / closet / etc, en realidad lo que está haciendo es ordenar su cabeza. Teniendo en cuenta esa teoría, mi cabeza debe haber estado en un estado totalmente caótico, ya que hoy, casi como un ama de casa, limpie y di vuelta hasta el último mueble de mi dormitorio.

Comencé por debajo de las camas, que simulan la arena donde escondo mis tesoros. Mis mapas mentales me llevaron hasta unas cuantas arañitas posadas en las caras de mis fotogénicas compañeras del colegio. Mientras terminaron su vida en los calcetines de la semana pasada, que resultaron de muy buen gusto a mi aromaterapia nocturno, recogí la más nostálgica caja de zapatillas Adidas: una caja de cartón blanco y muy brillante bajo la capa de polvo. Allí estaba mi colección de cassetes, que aunque ya quedaron atrás para muchos, para mi, son de lo más actuales, tomando en cuenta que hace un mes me robaron el walkman en la micro, y que el año pasado, unos gentiles hombres, se preocuparon de desvalijar mi casa por completo.

Le quito la vieja chicharra de lata a mi abuela, bajo la palanca del am/fm, y pongo el tape. “Holaaa estamos aquí en raaaaadio Boom”, gritaba el Jorge, un amigo de una amiga. Ella, mi amiga, era mi yunta del Colegio: la Mónica. Nunca supe como llegaron a ser amigos. Ella no hablaba nada, ni siquiera cuando me pedía el liquid paper en clases. Fue tan callada que ni se quejaba cuando yo la torturaba para que se quedara a mi lado cuando iba al baño. Siempre pensé que se las quería dar de mimo. Ya después de mucho tiempo logramos entablar uno que otro dialogo, pues aparecieron las espinillas, con ellos nuestros amigos y así los problemas: ahí ella me presentó al Jorge. El Jorge era fanático de la radio, llamaba cinco veces al día a la HIT, fue la segunda llamada al aire el día en que se inauguró, y conocía a la Carola Bezamat, y al Julio Stark. Siempre llegaba a mi casa con poleras de grupos de música que se ganaba en los concursos. Una vez llegó con una de Arjona; y es que a él le gustaba tirar pinta.

Después de que me pegó su fanatismo, hicimos una radio a pedido: la radio Boom. La idea era, sacarse los trabajos de Castellano y de Historia, y pasarla a formato audio. Así vinieron los radio-teatros, los estudios sociológicos del Portal Lyon, un estudio sobre los Modismos y Chilenismos, siempre incluyendo la sección de concursos. Cuando la Mónica se aburrió de nosotros, nos dejó con la grabadora en la mano y se fue con una nueva amigota de un curso más grande. Nosotros hablamos cada vez menos por teléfono, hasta que ya no hubo más tono, ni ring’s. Yo me cambié de casa y se me perdieron las agendas, y al parecer él nunca me buscó.

Con la Mónica fue diferente. Ya en la Media sosteníamos nuestra amistad a costa de peleas, y de risas de dos minutos seguidos. Nos hicimos fanáticas de mi tio de los Gondwana, el mismo que no nos pescaba en los conciertos. En uno de ellos, luego de un par de años, nos encontramos con el Jorge. Estaba en la caseta de la radio, hiperventilado y exaltado, nos abrazó como si estuviera en el desierto de Sahara solo y muerto de sed. Nos pidió un sorbito del grosso. Bajó la gualeta de cartón y nos contó que se iría a la Serena porque el Javier Olivares se iba a hacer despachos desde la playa. Luego de eso él se esfumo para siempre, pero está ves junto a la Mónica. Ella definitivamente se aburrió de mis rabietas, chistes y vasos de jote; y cuando entró a la Universidad cortó todo lazo íntimo con sus ex -compañeras.

Mi abuela me gritó que bajara el tarro. Lo apagué con ese nudo en la garganta que el gorrión de conchalí ha hecho famoso. Se me revolvió el estómago, y seguí sacando mis cajas con esquelas de Mickey Mouse, las pantuflas de perro con el algodón afuera, las carpetas con fotocopias del semestre pasado, un estuche de preservativos y una botella de coca-cola desechable de tonos amarillentos. Boté la mayoría de mis tesoros, y los que sobrevivieron los reacomodé dentro del closet, justo donde estuvieron mis libros, que ahora yacen en el averno debajo de mi cama.

Lo bueno es que las cosas quedaron, todas, en lugares diferentes, lo que da una perspectiva nueva. Y aunque removí recuerdos, sorbetié un par de veces con la nariz, la escoliosis me tuvo diez minutos en cuatro, mirándole la cara a mi perro, me golpee tres veces el dedo chiquito del pie, dos veces la cabeza y ya me cuento 4 moretones sólo en mi pierna derecha ¡la mente remojada en cif no está perfecta!. La teoría no es cierta.

Cloe Posted by Hello

domingo, marzo 13, 2005

La Mujer Chicle .-

Me han educado para ser una Mujer chicle, para siempre estar pegada a otros, resistiendo la soledad que los dos-en-uno se encargan constantemente de disimular. Los dos-en-uno, sépase, lo conforman el núcleo familiar, el colegio de monjas y cualquier ente empaquetado que desde chica me prestó material para morder.

El dejarse la basta a media rodilla, el 7 en el dictado, el vestirse como niñita decente, que la virginidad y que el título, que el qué dirán, que el príncipe azul, que la primera vez, que el aprender a hacer el aseo, que el pararse derecha y entrar la guata, que las niñitas no “huevonean”, no hicieron otra cosa que inflarme e inflarme, produciendo pequeñas bolitas gaseosas que elevándose y creciendo, desde enana me encerraron en el mundo de las barbies, de nicolinni y de las tritón. Aquella burbuja de la infancia era lisa e impenetrable. Dentro de ella existía el ratón mickey, el viejo pascuero, el conejo de pascua, el ratoncito, la elefanta fresia, el trauco y la llorona. Pero poco a poco el sabor acaramelado, a veces mentolado, e incluso de cola, de mi chicle multicolor, fue perdiendo su forma y sabor: conocí a mi primer amor y con ello, la soledad.

Luego de conocer a mi vecino Matias, las hormonas comenzaron a chocar contra las paredes de mi globito fucsia, por los hoyitos se me iba el aire. Él era el hermano de una amiga, dos años menor que yo, y aunque nunca me pescó (creo que mientras él se esforzaba por recordar mi nombre mientras nos encontrábamos en la escalera, yo mostraba mi enorme capacidad de estirarme: lo miraba y le hablaba estupideces, lo intentaba abarcar, pero justo ahí reventaba) me enseñó a ser amiga por conveniencia, a ilusionarme con sus ojos azules y desilusionarme con su indiferencia, a estar sola pero acompañada, a rumiar el chicle, a masticarlo mil veces, en el silencio de un amor secreto. Esa burbuja del amor platónico me dejo con sabor a obsesión y a resentimiento. La goma ya no tenia ni un gusto.

Después de quedar con el chicle desabrido, reventado y con la cara engomada, apareció la sonrisa pep de las mil y una regalías con los profes, con los niños y hombres fantasmas, con las amigas que llegaron y voltearon la cara cuando me desinflaba, cuando ya no era chistosa. Volví entonces, con nuevas esperanzas a masticar el chicle, pero el globo nunca se hinchó como antes, porque caí en cuenta de que las promesas de los dos-en-uno no se ajustaban con lo que vivía, pues después de haber visto como mi padre abandonó su plan matrimonial por una pendeja, y como pasó sobre su palabra, y por ende, sobre mi, a mi cuerpo de pegaloco no le quedó más que cambiar de calidad, sabor y color. Ya no era fácil confiar y por ende, ya nada era perfecto, ni dulce: las burbujas ya no rebotaban, y ya no tenían el inocente sabor a mora o sandía.

Pero como soy una mujer chicle que rumea goma, que se masca los recuerdos, las ansias, los deseos y las ilusiones, siempre termino reventándo, y sacándome los pedazos de la cara, estirándo el chicle hasta más no poder, para así seguir triturándome. Esa es mi dinámica de división y de mutación: mientras más mastico, mas me inflo; mientras más me hincho, más desinflo; mientras más me desinflo hay más chicle dispuesto para masticar. A eso los dos-en-uno le dicen crecer, madurar.Pero ahora, en este globo ya no encierro ni el amor platónico, ni la fidelidad, ahora atesoro mis logros, mis escritos, mi trabajo, pues ya sé que sin ambiciones no hay logros y sin logros no se conforman ambiciones, y lo demás sólo son proyectos, y de proyectos yo no vivo. Comprendí que aunque esté rodeada de amigos, a secas o con cover, confidentes, amigas y compañeros de trabajo, la que se encuentra aislada en su burbuja rosada soy sólo Yo. Burbuja de distancias, de soledad, silencios, y fantasías siempre secretas. En ella voy dando vueltas, entre los zumbidos de los dos-en-uno, que con su aliento hinchador, no me hacen olvidar que al final soy yo, entre muchos yo’s, en una burbuja, entre las burbujas de otros, la que siente el silencio enorme que queda después de un globo reventado.
Cloe Posted by Hello

miércoles, marzo 09, 2005

Los Oficiales .-



Los Oficiales .-


a S.C.
Ese oficio de esperar
Esta en contienda con el de ansiar
Porque las expectativas
Puestas en nuestros dedos
No contienen el amar

Ese oficio del esbozar
Esta vinculado al suicidar
Porque las huidas
Que explotan cuando nos vemos
No esperan el explorar

Ese oficio del besar
Esta comprometido con el imaginar
Porque las vidas
Que se abren en tu plexo
No me dejan respirar

Ese oficio del intentar
Está en complicidad con el venerar
Porque las idas
Que golpeaste en mi abrazo
No las puedes controlar.

Ese oficio del amarrar
Está en choque con el encarar
Porque las venidas
Que se distienden bajo mi techo
No se dejan de rumiar

Ese oficio del excitar
Está en complicidad con el envenenar
Porque las medidas
Que se cuentan en mi sexo
no las puedes armar

Ese oficio del recordar
Está en complicidad con el encantar
Porque las medias
Que me rompiste con un beso
No se vuelven a remendar


Cloe Posted by Hello

sábado, marzo 05, 2005

Diferencia Corporal .-



Al Sr. Del Anillo

Homogeneidad lisa y plástica
suavidad naranja en minc
impavidez y dulzura
pezones, dones del dormir

franela almidonada
compendios del dos mil
admiración de locura
pezones para mil

heterogenteidad doméstica
paradoja en dvd
entre el filósofo y el cura
un pezón en dividir

cotelé de ciudad acondicionada
aire de un porvenir
enfrascados en el frapé que engulle
el pezón que muerde allí

cosas en mi almohada
completan el collage viceral
cuerpos yuxtapuestos y desnudos
es el pezón tu único peso a fin.

Cloe Posted by Hello

martes, marzo 01, 2005

Anotaciones Negativas .-


Aquellos tiempos de cuadernos Mistral de Fito Páez, o del oso polar Colón vuelven a mí en pleno pasillo del supermercado. Ando de mamá, comprando los útiles escolares para mi hermanita que ya está en Segundo Medio, y que mide 5cms más que yo.

Hace 3 años que salí del colegio, y aunque salí aborreciendo todo, el delantal, el jumper, el buzo, las misas, las coreografías de fiestas patrias, y a la mayoría de los profesores, el sabor de aquellas imágenes siempre terminan remitiéndome al libro de clases. Obsesionada con mis notas azules en unos pocos ramos, y echada al azar en las ciencias y matemáticas rojas, las hojas de anotaciones eran más que la sombra del “acúsalo con tu mamá kiko”, sino que son la marca de parcelas del crecimiento anónimo que uno olvida. Si bien no era pésima alumna, tampoco fui una cerebrito, simplemente me peinaba con aquellos ramos sin futuro como arte y filosofía, me cepillaba con sapolio con el resto y cultivaba un hoja de vida frondosa de acontecimientos, que particularmente los profes escribían por mí.

Qué “Se rie en clases”, “Hace desorden constante en clases, sin obedecer al profesor”, “Se presenta con 30 minutos de retraso”, “Sale de la sala sin permiso”, “Come en clases”, “Lee un libro en clases de Matemáticas”, “Se presenta con jeans, en ves de pantalón de tela”, “Grita de forma desmoderada”, “Quiebra probeta y quema la mesa de la sala de química”, “Es sorprendida en el subterráneo en horario de clases de Ed. Física”, “Es sorprendida copiando en prueba global de Física”, y muchos otros post de ese fotolog a lapiz bic de la vida pingüino, me ayudan a conmemorar aquella rutina con sabor a sunny.

Y es que al final los profes igual me querían, aunque me echaran de clases, me trataran burra, me hicieran guiños despreciativos o me tomaran por esquizofrénica. Nunca fui de las peores, ni de las tops, ni de las ladys, ni de las dark. Fui la estudiante promedio, sin mayores proyecciones, a no ser por un par de ensayos y de los colages y murales para las competencias de aniversario de las monjas. Pero de esas cosas buenas, que me propongo recordar, apuntando a un año en especial, no llego a nada. De Séptimo sólo contengo el retiro espiritual donde lloré porque mi papá le pegaba a mi perro con el diario, y del desconsuelo, ante la revelación de la orientadora: “los perros no llegan al cielo, porque no tienen alma”.
De segundo medio recuerdo la gira de estudio, que fue desastrosa, porque el asiento del avión Iberia no tenía pernos en el respaldo, y me caía del asiento cada vez que ascendíamos; porque llevé sólo cien dólares que se esfumaron al 3er día, dormí en una pieza con las amigas que perdí en Stgo, y ningún brasileño me saco a bailar en la discoteque.
De los años que siguen recuerdo un poco más, gracias a fotos y videos aficionados que me prestan las ex -compañeras que ahora son mis amigas, pero aun así la nebulosa que queda de imagen en imagen, ese vacío de días cotidianos, de susurros, rizas, enojos, rabietas, y super -ochos reprimidos, se vuelven una suerte de anotación positiva. ¿Que sacaba con tener un “coopera en clases” si le siguen 5 negativas, “que el aseo, el aspecto, el respeto, la disciplina y la puntualidad”, si al legar a casa de la reunión de apoderados, mi mamá me quitaba luca de la mesada por cada anotación negativa?. No sacaba nada, aparte de no poder comprar colación y dejar hambrientas y enojadas a la mitad de mis compañeras en recreo. Así es como aprendí los “valores” morales: a luca. Aprendí a ver la vida como premio o castigo, incluyéndolos en el universo de justicia y castidad cristiana, de la que tanto se jactaba aquel profesor que acosaba a sus alumnas.

Mejor, tomo el pack de tres cuadernos universitarios con la cara de Winnie de Pooh a 5 lucas, y decido no recordar más, cerrar el libro de clases, de las marcas del colegio, del proceso de crecimiento y castramiento anticipado, y comprarle a ojos cerrados los cuadernos, archivadores, block’s y libreta de apoderados a mi hermana: y es que ella si que será una alumna ejemplar y muy recordada.
Cloe Posted by Hello