miércoles, febrero 21, 2007

Cada vez .-

Pic: [ f3tisha ]

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Cada vez


Cada vez que la noche
llega a tu pelo.
J.L.P



La insanidad no tiene que ver contigo, lo siento
ruidoso suspensivo la enfermedad
de ti es sólo la doble faz doble
dispuesta para cualquier par de cejas gruesas que se me crucen
por puta que me siento de lado tuyo
ausente de vida real
que es el afán de mi vagabundo deseo de cre(c)er
en mi piensa en mi enfermedad mortal de sonido
emplumado corrompido por la lacra de las fibras vacías
no me sirve escribir para salir de tu espanto
de no ser / cada vez
tu phatos de mi cada vez

que te beso me s a b e s poco.



A. Ocampo

lunes, febrero 05, 2007

Las niñas del revés.-

Pic: [ sandrostark ]

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Las niñas del revés
Déjame bailar así bajito tambaleadito torpesito pasito changalanguero marihuanero piojento que recuerdo la virginidad de mis oídospulmones en los estadios verdes y rojos caldeados por el rey sol, zelasia lyon ronroneante caja de vino y cintillo reggae a la moda a quina.

Déjame bailar un ratitomáspegadito f l o j i t o como duende de blancanieves que levanta la mano pulpo y ordena los hombros de los chascones muy peinados y los pavilos de colores transpirados que inundan el cholguan donde el rey y señor es una silla eléctrica conducida por un bob marley teletón con chela de luca y banano de lana ganya. Bailemos cerca del baño porque en jamaica también mean, dice la chica pelolais, muy pintada y enzapatillada con su kent silver en labios mojados, mientas el humo no es efecto sino causa de pangea reunida en la bellavista de América del Sur, isla sin venarena y arena con cemento histórico a manchones rojos. No niña no llores, bailemos la última que es igual a la de antes y a la de mi infancia y mis amigasmarihuanerasescolapias, déjame cantar esta / que esta si que me la sé / que no importa que sea en el ingles, que aquí nadie se fija como hablas, vistes, bailas o viajas / que viejas hemos venido de quintanormal en tren sin psu y en esta estación nadie te ve. Papichulo aquí estai loco, no, nada de brillito y estrellitas y perlitas y blondita y transparencia y cebrita y taquito y mini cortita y chalita gladiador y carterita con puma y perfume con número y llaverito con auto, aquí el paso de baile es acuático, bolsudo, desinflado, manguaquero, a lo meduza / no medea, no / aquí nadie mata, todo vive, respira, aspira y legaliza. Insoportablemente natural, dicen.

Déjame vejetar por que guohnononono nadie quiere ir a guerra. Ni el pelado parrillero ni la chascona de las teleseries, nadie quiere ir a la guerra porque a milquinientos las niñas del reggae, las niñas del revés, las niñas de la deuda. Aquí, en un trozo de Marley, nadie se fija de donde eres / ¿hasta que hora? responde el dealer de la silla mientras con mi otro nombre bailo en la pantalla gigante junto a una danza sindicalizada que entre el grito, el guiro y el micrófono mojan la raíz de saberme eucalipto, vegonia, gomero, cilantro, cala o margarita, de saberme tan dormida al lado de otros que vienen del horizonte sin comunas ni municipalidades, donde nadie se depila para vivir, donde nadie se expande las orejas para ser oido, donde no existen los desodorantes ambientales poéticos ni el polvo sobre la línea blanca de mamá. Donde los padres no usan condones, ni las poleras broches, donde siempre es invierno en la cabeza, donde siempre es prehistoria en el cuello, donde las manos siempre golpean el aire vibrante, donde puedo hablar y escucharme en un eco conectado a la memoria del pito anterior, donde el destino es más que la casualidad y el ritmo es un número en el calendario de la muerte.

Déjame pensar un ratito en quienes me faltan para seguir gastándome en la suela de esta pobreza hecha religión, en aquellos que por el leónencoronado me miran rugir de ausencia y deseo, en los que me han abandonado en la ciudad verde por utopía, roja por utopía y amarilla por desgracia, en aquellos que tuve en mis pasitos turísticos y que hoy celebro en el sorbo de cerveza / caliente por seguir adelante marea y bailar suavecito, sueltecito, así como jetoncito, que la alegría de volver a recordar las místicas naturales inducidas por los canales y focos del local, me devuelven el sudor de aquella nochemetálica digna de olvidar.

A. Ocampo