viernes, marzo 18, 2005

Cif en la Cabeza .-


Dicen que cuando uno se pone a ordenar su casa / cuarto / closet / etc, en realidad lo que está haciendo es ordenar su cabeza. Teniendo en cuenta esa teoría, mi cabeza debe haber estado en un estado totalmente caótico, ya que hoy, casi como un ama de casa, limpie y di vuelta hasta el último mueble de mi dormitorio.

Comencé por debajo de las camas, que simulan la arena donde escondo mis tesoros. Mis mapas mentales me llevaron hasta unas cuantas arañitas posadas en las caras de mis fotogénicas compañeras del colegio. Mientras terminaron su vida en los calcetines de la semana pasada, que resultaron de muy buen gusto a mi aromaterapia nocturno, recogí la más nostálgica caja de zapatillas Adidas: una caja de cartón blanco y muy brillante bajo la capa de polvo. Allí estaba mi colección de cassetes, que aunque ya quedaron atrás para muchos, para mi, son de lo más actuales, tomando en cuenta que hace un mes me robaron el walkman en la micro, y que el año pasado, unos gentiles hombres, se preocuparon de desvalijar mi casa por completo.

Le quito la vieja chicharra de lata a mi abuela, bajo la palanca del am/fm, y pongo el tape. “Holaaa estamos aquí en raaaaadio Boom”, gritaba el Jorge, un amigo de una amiga. Ella, mi amiga, era mi yunta del Colegio: la Mónica. Nunca supe como llegaron a ser amigos. Ella no hablaba nada, ni siquiera cuando me pedía el liquid paper en clases. Fue tan callada que ni se quejaba cuando yo la torturaba para que se quedara a mi lado cuando iba al baño. Siempre pensé que se las quería dar de mimo. Ya después de mucho tiempo logramos entablar uno que otro dialogo, pues aparecieron las espinillas, con ellos nuestros amigos y así los problemas: ahí ella me presentó al Jorge. El Jorge era fanático de la radio, llamaba cinco veces al día a la HIT, fue la segunda llamada al aire el día en que se inauguró, y conocía a la Carola Bezamat, y al Julio Stark. Siempre llegaba a mi casa con poleras de grupos de música que se ganaba en los concursos. Una vez llegó con una de Arjona; y es que a él le gustaba tirar pinta.

Después de que me pegó su fanatismo, hicimos una radio a pedido: la radio Boom. La idea era, sacarse los trabajos de Castellano y de Historia, y pasarla a formato audio. Así vinieron los radio-teatros, los estudios sociológicos del Portal Lyon, un estudio sobre los Modismos y Chilenismos, siempre incluyendo la sección de concursos. Cuando la Mónica se aburrió de nosotros, nos dejó con la grabadora en la mano y se fue con una nueva amigota de un curso más grande. Nosotros hablamos cada vez menos por teléfono, hasta que ya no hubo más tono, ni ring’s. Yo me cambié de casa y se me perdieron las agendas, y al parecer él nunca me buscó.

Con la Mónica fue diferente. Ya en la Media sosteníamos nuestra amistad a costa de peleas, y de risas de dos minutos seguidos. Nos hicimos fanáticas de mi tio de los Gondwana, el mismo que no nos pescaba en los conciertos. En uno de ellos, luego de un par de años, nos encontramos con el Jorge. Estaba en la caseta de la radio, hiperventilado y exaltado, nos abrazó como si estuviera en el desierto de Sahara solo y muerto de sed. Nos pidió un sorbito del grosso. Bajó la gualeta de cartón y nos contó que se iría a la Serena porque el Javier Olivares se iba a hacer despachos desde la playa. Luego de eso él se esfumo para siempre, pero está ves junto a la Mónica. Ella definitivamente se aburrió de mis rabietas, chistes y vasos de jote; y cuando entró a la Universidad cortó todo lazo íntimo con sus ex -compañeras.

Mi abuela me gritó que bajara el tarro. Lo apagué con ese nudo en la garganta que el gorrión de conchalí ha hecho famoso. Se me revolvió el estómago, y seguí sacando mis cajas con esquelas de Mickey Mouse, las pantuflas de perro con el algodón afuera, las carpetas con fotocopias del semestre pasado, un estuche de preservativos y una botella de coca-cola desechable de tonos amarillentos. Boté la mayoría de mis tesoros, y los que sobrevivieron los reacomodé dentro del closet, justo donde estuvieron mis libros, que ahora yacen en el averno debajo de mi cama.

Lo bueno es que las cosas quedaron, todas, en lugares diferentes, lo que da una perspectiva nueva. Y aunque removí recuerdos, sorbetié un par de veces con la nariz, la escoliosis me tuvo diez minutos en cuatro, mirándole la cara a mi perro, me golpee tres veces el dedo chiquito del pie, dos veces la cabeza y ya me cuento 4 moretones sólo en mi pierna derecha ¡la mente remojada en cif no está perfecta!. La teoría no es cierta.

Cloe Posted by Hello

14 comentarios:

Elisa de Cremona dijo...

pero qué limpieza te has dado! Aunque más parece que hayas sacado telarañas de la cabeza.. una limpieza concreta de habitación es una causa justa y noble... y necesaria.
un beso

Elisa de Cremona dijo...

pero qué limpieza te has dado! Aunque más parece que hayas sacado telarañas de la cabeza.. una limpieza concreta de habitación es una causa justa y noble... y necesaria.
un beso

Anónimo dijo...

Si, yo tb he hecho esos ataques de limpieza dominguera...los tesorillos, yo con el tiempo he ido botando de a poco...pero hay cosas que por más q debiera botar no puedo.

Ojalá que alguna vez al terminar de ordenar mi pieza , me sienta completamente ordenada
Saludines

Anónimo dijo...

¿Y habrás limpiado ese lugar secreto de la memoria donde se guardan los placeres más prohibidos?
Chaooo.
Besitos típicamente delirantes.

Piotr dijo...

Uff.. esas limpiezas que nunca terminan, pues todo es un tesoro que por antiguedad su lugar se ha ganado, y no puede ser descartado...

Agendas, cintas, hasta piedras.....

Es el peso muerto de nuestro pasado, a veces añorado,
a veces repudiado..
y a veces oculto..


saludos

Piotr!

unsologato dijo...

Limpiar: cambiar la mugre de lugar. Nada se pierde, todo se transforma. El orden es lo que asigna a las cosas iguales y desiguales el lugar que le corresponde. Pero cuál es ese lugar. Depende de la naturaleza de cada ser. Y cuál es la naturaleza de cada ser... bueno... ahí ya nos remontamos a un acto de fe en la existencia... tamizado con la inteligencia del sujeto cognoscente Y a qué vino todo esto...ah, sí el orden.... y la metafísica que mete la cola dentro del closet... y el gato encerrado sale maullando siempre con alegría por haber leído tus letras.
Felino el saludo, más platónico que kantiano.

Anónimo dijo...

Nada como mi ínfimo desorden. Que al fin y al cabo no deja mas que ser mi pulcro orden. Desordéname el alma.......
pagardel
www.desprendimientoderutina.com

Anónimo dijo...

hola andrea!
si soy yo :) oye que chori tu blog, tb lo leí harto. si no me equivoco esas últimas dos columnas saldrán en el diario o no? esta última me gusto harto.
ya, besos. nos vemos si hay pauta algun dia.

Anónimo dijo...

duh, esa era yo, daniela. :)

Nacho Cl.ear dijo...

Cloe,

Esta vez mis ojos resbalaron suspendidos en una rica agua que mojaba tus palabras.

Si, ha estado muy gueno leerte, ade+ desde hace unas horas me siento bien derretido; leo y rebusco blogs y sé que busco emocionarme y no me llegan.
Hasta dar contigo otra vez.
Y entre medio andar a saltos con los curiosos/osas comentaristas here. Qué se siente escribir y recibir de vuelta este eco de críticos literatos variopintos?(pun intended...que arrogante puedo ser!)
Imagino que debe ser la cáscara de una jerga que igual en algo trasluce lo que sienten. Y bue' algunos comparan marcas de autos, otros trazos en el lienzo, oficios varios y pbbmente todos los demases finalmente son: Cáscaras llenas de vida...deben ser.

Tus palabras -sí- me llevan hasta sentir lo que llevas contigo.
Y detecto otro rítmo en tu danza?

mirada dijo...

Siempre hay una excepción que confirma la regla, querida Cloe, pero estoy segura que a ti te ha venido muy bien. Mil besitos que te acaricien

yo dijo...

Hola Cloé,

Woe lo de la limpieza... ayuda caleta, sobvre todo en el año del Gallo... entrete la historia de los amigos, amigos, radio y cassetttes... ¿hasta cuando deben guardarse en la pieza y mente d euno esas cosas?
cariños
katina

Nestor dijo...

lo malo es no poder arrancar la maleza de la memoria. Sacudirse el pedazo de carne abajo colgante y saber que de esa cabeza no cae el olvido

konus dijo...

Aún guardo como 100 cartas que no debiera tener...

Veo your bló y lo veo todo bien... Te ayudaría con placer y gusto en lo que necesites ;)

=) besotronios